Les proponemos la lectura atenta y
reflexiva del siguiente relato.
“Un
hombre llamado Roberto tiene un hijo de nueve años que se llama Luis. Roberto
es el padre de Luis, y vive con él en Buenos
Aires, Capital Federal.Un día Roberto tenía que ir a Mar del Plata, y decide partir en auto,
y lleva a Luis consigo. El viaje va perfectamente bien hasta que pasando por la mitad de la
ruta un inmenso camión se atraviesa en el camino del auto de Roberto, produciendo
un fuerte impacto. El choque mató
instantáneamente a Roberto, y dejó inconsciente, pero con
vida, a Luis. Unos vecinos de la localidad por donde pasaban, vieron casualmente el
accidente y llamaron
a una ambulancia. La ambulancia llegó con asombrosa celeridad y llevó a
Luis al hospital más cercano, de la
zona. En el hospital los médicos tratan de
estabilizar los signos vitales de Luis. Y cuando lo consiguen empiezan a discutir el caso particular
de Luis. Como ningún médico sabe qué hacer con la rareza de Luis, deciden llamar a una
eminencia en el tema. La eminencia trabajaba en el hospital de niños de Buenos Aires, le
comentan en pocas palabras el caso de Luis, y como
el niño no puede trasladarse la
eminencia decide ir hasta el hospital donde está internado Luis.Al llegar la eminencia a la sala del
hospital en donde se encontraban reunidos los doctores que atendieron a Luis, estos le comentan
la situación más detalladamente. Al terminar la conversación queda en el ambiente un
profundo silencio. Al final uno de los médicos con un hilo de voz pregunta: _” ¿Podrá hacerse cargo del niño?” A lo que la
eminencia responde con una mirada y luego dice:
_” ¿Cómo no voy a poder
hacerme cargo del niño? Si es mi hijo.”
PIENSA Y CONTESTA
¿Quién es la eminencia?
¿Te causó sorpresa el final? ¿Por qué?
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